De escobas a barriles: El sorprendente secreto de las brujas como maestras cerveceras

A ntiguamente, las mujeres vinculadas a la imagen de brujas, con sombreros puntiagudos y calderos, en realidad eran maestras cerveceras.

Desmitificando a las brujas: El legado de las maestras cerveceras
Desmitificando a las brujas: El legado de las maestras cerveceras

¿Sabías que las mujeres que hoy llamamos brujas no practicaban la hechicería, sino que eran expertas en la elaboración de cerveza? Resulta que esas icónicas brujas con sombreros puntiagudos, ollas gigantes, escobas y gatos no eran hechiceras, ¡eran maestras cerveceras!

Tal y como lo confirma la historia. La vestimenta que se asocia comúnmente con las brujas en realidad era característica de las mujeres que se dedicaban a la producción y comercialización de cerveza, conocidas como alewives en inglés.

 ¿Un cuento de emprendimiento o hechicería?

El inicio de este proceso intrigante se remonta al momento en que estas mujeres visionarias decidieron comercializar el remanente de su cerveza desde sus propios hogares. Al percibir el potencial, llevaron su emprendimiento a otro nivel, abriendo tabernas que no sólo albergaban sus productos, sino que también les proporcionaban una fuente de ingresos independiente, otorgándoles una valiosa independencia económica.

Pero lo más intrigante es que los elementos místicos con los que solían ser asociadas no se utilizaban para conjuros, sino para elaborar las más exquisitas cervezas.

Las ollas gigantes eran calderos de malta y levadura, las escobas eran para limpiar los granos y para colgarlas en las puertas como un indicador de que en ese lugar se ofrecía cerveza a la venta y los gatos negros simplemente eran adorables compañeros, de quienes se pensaba, podrían ser espíritus sobrenaturales, o incluso las brujas mismas transformadas mediante habilidades diabólicas, sin embargo, estos desempeñaban el papel de guardianes, asegurándose de que los ratones no se llevaran los granos necesarios para la elaboración de la bebida.

A pesar de ello, en los primeros años del siglo XVI, en algunas comunidades del norte de Europa y las colonias americanas, las mujeres emprendedoras comenzaron a ser vistas con desconfianza. Existía la creencia de que una mujer considerada "respetable" debía abstenerse del consumo de alcohol, lo que contribuía a la duda. Además, se las acusaba de incorporar mezclas sospechosas en sus bebidas, agravando aún más la suspicacia hacia sus actividades comerciales.

En este contexto, algunos cerveceros, con la intención de marginar a las mujeres de la industria cervecera, las difamaron con acusaciones de brujería, un trágico giro que resultó en condenas a la hoguera para algunas de estas emprendedoras audaces. Sin embargo, su valentía encendió la chispa de una revolución que aún hoy resuena en el tintineo de las copas.

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